Aparición estupefaciente
Desde Quillan, la carretera se va estrechando. Las gargantas estrechas dan un ambiente salvaje y fascinante. ¡El tono está asegurado! Algunos giros por el bosque, en mitad de la nada, y el castillo surge de forma majestuosa en su peñasco escarpado.
La silueta de las almenas y de las torres se dibuja como una sombra chinesca en el sol naciente. ¡Las vistas en su conjunto son impactantes! El maravilloso paisaje desprende un gran poderío y una preciosa serenidad.
Ascensión vertiginosa
Nos ponemos el calzado de montaña para la subida que dura unos 30 minutos. Los niños quedarán cautivados por el juego de pistas para descubrir las plantas y los árboles que bordean el camino sombreado. El lugar es magnífico, pero bien lo merece.