TOP - Los mejores lugares para hacer fotos de Narbonne
01 En la parte superior de la torre del homenaje Gilles-Aycelin
Sube con valentía los 162 escalones de la torre del homenaje: arriba serás recompensado con unas vistas impresionantes. Tanto de la catedral y su insolente belleza como de los tejados de la ciudad. ¡Narbonne vista desde lo alto con un panorama de 360 grados para unas bonitas fotos en perspectiva!
02 En la pasarella des Barques
Sal de la place de l’Hôtel de Ville y camina hacia les Barques, donde encontrarás un amplio espacio a la sombra. No dudes en cruzar la pasarela: tendrás una impresionante vista del famoso Pont des Marchands y su falso aire de Ponte-Vecchio. ¡Narbonne la monumental encuentra aquí todo su sentido!
Si eres un fan de los selfies,saca tu smartphone y sigue las instrucciones de nuestra selección XXL: ¡te irás a casa con un recuerdo excepcional de Narbonne para presumir en las redes sociales!
03El banco gigante
¡Un jardín extraordinario para una foto gigante! Quien creería que el Jardin des Archevêques, con un nombre serio, respetuoso y sereno acogería en su seno un banco fuera de lo común, una obra de arte contemporáneo de Lilian Bourgeat. Subid al banco para inmortalizar una estancia «gigante». ¡En solo un momento os convertiréis en enanitos! ¡Diversión para grandes y pequeños!
04 El mirador de Narbonne-Plage
Dirígete a Narbonne-Plage. La carretera serpentea a través de la Clape, el macizo que separa Narbonne del Mediterráneo. De repente, en una curva verás el mar. ¡Tómate el tiempo de, en pleno corazón de la garriga, admirar los tonos azul del mar, que reflejan el cielo, el paisaje de la estación de Barbine-Plage a los pies del acantilado de la Clape, mientras que a lo lejos, las cumbres pirenaicas se recortan en el horizonte!
05 La Nautique
Recorre, a las puertas de la ciudad, los grandes humedales de la Nautique y, en un recodo del camino, descubrirás una fauna insospechada: el vuelo de un ave rapaz, la silueta de una grulla o incluso los ruidosos flamencos rosas, que se reagrupan aquí y allá en medio de los juncos. ¡Al final de la jornada, el sol brilla sobre el étang de Bages, el viento agita las velas de los optimists y se respira un aire vivificante! ¡Más tarde, un ocaso de matices violeta pondrá le broche final a esta magnífica escapada!